Mi segundo apellido, Naccarato, lo utilizo en homenaje a mi abuelo, Don Antonio Naccarato, quien siempre nos inspiró y nos guió en el mundo inmobiliario. Desde 1956, en el barrio porteño de Villa Luro, él inició un legado que las nuevas generaciones continúan llevando a lo más alto.
Mi pasión por el diseño y la innovación me ha llevado, a lo largo de mi carrera profesional, a crear espacios que no solo son funcionales, sino también únicos y adaptados a las necesidades e intereses de cada cliente. Espacios que inspiran, estéticamente cuidados y respetuosos con el medio ambiente, fomentando la creatividad, la productividad y el bienestar.
Desde muy joven he trabajado en una variedad de proyectos, desde residencias privadas hasta edificios comerciales y espacios públicos, siempre buscando fusionar la estética con la funcionalidad.